sábado, 26 de abril de 2014

Cuidado con los "infartos" telefónicos

 
 

En las empresas, como en los organismos vivos, hay enfermedades silenciosas. Avanzan y avanzan, sin que los de dentro de la empresa lo noten, hasta que se agravan. Es el caso de las que afectan a las centrales telefónicas.
Hay centrales que se programan para dar el pase a la operadora cuando la persona no ha marcado ninguna opción. Pero no siempre funcionan como se espera. ¿No le ha ocurrido a usted? Termina el mensaje y espera y sigue esperando, pero nada, hasta que aparece, por ejemplo, una señal de alarma y se corta, sin más, la comunicación.
Y la verdad es que como ésta hay muchas anomalías en la atención telefónica que prácticamente se arreglan por casualidad o cuando la situación llega a extremos demasiado evidentes. En una palabra, es común que exista poca supervisión de la atención telefónica.
Pero estas situaciones responden a una actitud mucho más grave. El teléfono, siendo el medio más cotidianos y permanente de contacto con los diversos públicos, para la mayoría de empresas es la última “rueda del coche”.
Por nuestro trabajo, es habitual recibir de respuesta que la renovación o la producción profesional de los mensajes para la central telefónica ha sido postergada “por otras prioridades”. Una respuesta muy parecida a la que dan muchos enfermos víctimas de enfermedades silenciosas, que en un determinado momento, hacen crisis y acaban con la vida de aquel que priorizó otras cosas a su propia salud.
No deje que a su empresa, le ocurra lo mismo. (Hubert Rojas)

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